¿Quieres conocer las principales patologí­as del Hormigón? 

En el artí­culo de hoy queremos hablaros acerca de las principales patologí­as del hormigón. Y, para ello, vamos a irnos a un artí­culo de Concreto online, que nos va a servir como fuente de información. 

Como sabemos, el hormigón se ha vuelto clave en el sector de la construcción debido a su fuerza y resistencia. Gracias a él, se pueden conseguir construcciones de lo más resistentes. Ahora bien, también existen patologí­as del hormigón que pueden afectar a su calidad y durabilidad, debido a  diferentes causas (humedad, temperatura, presión…)

Como bien podemos leer en el artí­culo de Concreto Online: 

“El diagnóstico y reparación a tiempo evita inversiones costosas a futuro, además de las consecuencias catastróficas que puede acarrear una edificación afectada por las patologí­as más comunes del hormigón…” 

¿Qué problemas pueden aparecer en el hormigón?

Aparecen distintas patologí­as del hormigón, como “agentes ambientales que deterioran su resistencia, apariencia y resistencia en el tiempo”. Entre ellas, destacamos:

Carbonatación 

Hablamos de un “fenómeno natural del envejecimiento del hormigón. En buenas y saludables condiciones, el material tiene un pH básico de 13. Sin embargo, el pH cae gradualmente a 9 cuando el hormigón reacciona con el CO2.”

En este caso, cuando aparece la carbonatación nos encontramos que los armazones, dentro de la estructura “se corroen cuando la zona de carbonato los alcanza. Ganan volumen, lo que hace que el hormigón reviente, dejando al descubierto grietas. Aunque este proceso se puede tardar años, cuando se presenta es devastadora y costosa la reparación.” 

Para comprobar esta variable de las patologí­as del hormigón existen varias pruebas sencillas como:

“Escarbar una pequeña área de la estructura, preferiblemente las que se encuentren en bordes y despejarla del polvo; luego, se pulveriza una mezcla de fenolftaleí­na en alcohol, las áreas sanas tomarán un tono rosado. Pero las áreas carbonatadas no cambiarán de color. Esta prueba se ha constituido en una rutina para examinar el estado de carbonatación de edificios y obras en concreto.”

Fisuras en el hormigón armado

Estamos ante un fenómeno de lo más normal en la vida de una estructura. Se trata del agrietamiento del hormigón, “un defecto que separa el material en una determinada superficie.”

¿Cuándo se pueden dar las fisuras? Pues cuando el hormigón está: Sujeto a fuerzas de tracción o diseñado sin respetar las reglas de solidez. Cuando hay “exceso de agua en la mezcla” o el secado ha sido rápido. También en varias condiciones climáticas, por la vibración o cuando no hay juntas de expansión. 

Y, aunque hablamos de un fenómeno normal, si no se toman medidas, podrá extenderse y hacer que el material se rompa”.

(Fuente de la imagen: https://www.gitc.cl/) 

Aluminosis 

Hablamos de una de las patologí­as del hormigón más grave, y “deriva de la fabricación del hormigón con cemento aluminoso. Fue un material muy preciado por la rapidez con que fraguaba, sin embargo, está prohibido su uso actualmente. Pero existen estructuras hechas con este material.”

A lo que añaden: 

“El problema radica en que el hormigón acusa porosidad, perdiendo su fuerza y capacidad de resistencia ante el peso. Las primeras manifestaciones de la aluminosis es la presencia de manchas amarillas en la estructura, la aparición de grietas o la falta de adherencia.”

(Fuente: https://www.nextto.org/)

Reacción árido álcali 

En este caso se produce una especie de gel que tiene como consecuencia el aumento del volumen cuando entra en contacto con el agua. Creando quiebras o fisuras en la  estructura. “Este gel, es el resultado de la emulsión alcalina que se va acumulando en los poros de la estructura, junto a los minerales silí­ceos de los áridos.”

Ión sulfato en forma de sales complejas

"Entre las patologí­as del hormigón se encuentra las producidas por sales de sulfato contenidas en forma natural en suelos y aguas. La intensidad del ataque dependerá de las cantidades de sales, la permeabilidad del hormigón, la cantidad de agua en el subsuelo, y la composición del cemento utilizado.”

¿Qué consecuencias puede traer las distintas patologí­as del hormigón? 

Una vez que hemos estudiado distintas patologí­as, nos gustarí­a poner el énfasis en las consecuencias que estas pueden traer, y encontramos: 

1. Reparaciones costosas o demolición de partes de la estructura: dependiendo de la “importancia y correspondencia con el resto de la edificación.”
2. Compromiso en la estabilidad de la edificación: es cierto que las fisuras comienzan con lí­neas muy finas en el exterior de la superficie, ahora bien, si no se tratan a tiempo, pueden terminar “siendo grandes separaciones que comprometen la estabilidad de la edificación.”
3. Errores del cálculo estructural: “que no se corresponden con la carga que debe soportar la estructura, terminando por colapsar y poner en riesgo la habitabilidad. Hay consecuencias por errores de ejecución de la obra y por asientos diferenciales.”

En definitiva, “las consecuencias pueden ser muy graves en términos económicos, sociales y jurí­dicos. Se han determinado niveles de riesgo en las fachadas de edificios. El primer nivel, corresponde a la parte estética sin mayores riesgos y fácil de reparar."

"Mientras que el segundo nivel corresponde para lesiones que sí­ acarrean consecuencias importantes en términos de salubridad y habitabilidad; no obstante la estabilidad no está comprometida. Si la edificación alcanza el tercer nivel pone en riesgo a sus habitantes y requiere con urgencia una rehabilitación.”

¿Qué medidas podemos llevar a cabo para prevenir estas situaciones en nuestros bloques de hormigón?

Y, ya que sabemos las graves consecuencias que puede acarrear, ahora veamos cómo podemos prevenir estas situaciones: 

1. Evitar agregar demasiada agua a la mezcla. Ya que un exceso de agua afectará gravemente a la calidad del hormigón.
2. Instalar las juntas de expansión. Estas permiten “que las losas de hormigón se contraigan y expandan sin degradarse. El papel de las juntas es absorber la expansión del hormigón bajo el efecto de las variaciones climáticas (frí­o, calor, viento) y la presión del suelo.”
3. Curar el hormigón. Evitará que el agua se evapore demasiado rápido. 
4. Instalar enrejados metálicos.
5. No someter al hormigón a cargas directas.
6. Utilizar el nuevo hormigón autorreparable. Este contiene bacterias beneficiosas, que formarán yeso y permitirá rellenar las grietas.
7. Otros: “sondear los lugares agrietados con un martillo, excavar las partes dañadas y retirarlas, quitar el óxido, aplicar un producto anticorrosión y el mortero, alisar y dejar secar. Y, las áreas que suenan huecas deben eliminarse. Luego es necesario retirar todas las partes dañadas hasta llegar a los refuerzos.” 

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